Dejar ir..
Definitivamente el talón de Aquiles este año. Me sorprendí el darme de cuenta de eso «Dejar ir» se me volvió una frase muy complicada, ya que estamos terminando año y hago un recuento (al menos a mí me agarra por divagar el doble y en tiempo extra). «Dejar ir» cuántas veces me lo propuse y cuántas veces fui de nuevo a buscar.
¿Cuándo te das cuenta que algo caducó? es fácil, cuando ya no te hace feliz eso que hacías o esa persona, ¿otra señal? cuando estás haciendo algo más por compromiso y paga que por satisfacción y crecimiento personal, profesional. Ok, te diste cuenta que algo caducó, tiene que pasar tiempo para que el cuerpo reaccione, o a veces está el [miedito] de perder y te conformas con lo que quede o temes perder eso que tenías avanzado, sentirte sin camino y de nuevo empezando; creo que esto último es lo que me sucedió.
Miedo de comenzar, este año siento que me paralicé, una mitad del cuerpo respondía y la otra lo hacía pero mil años después jaja, y ahora entiendo que la verdad no pude hacerlo de otra forma, quizá tenía que asegurarme una y mil veces, eso que iba a dejar no funcionaba, admitir también que iba a perderme muchas cosas por ya no estar con en esa persona o en ese camino o quise hacerme la heroína (que a veces se me da) y tratar de salvar una catástrofe que ya no podía parar.
En fin, el «dejar ir» ahorita ya no fue opción, la catástrofe ya pasó, así que no me veo tomando los pedacitos y aferrarme a ellos, puede ser que el dramatismo (que a veces también se me da) me hizo pasar más tiempo cuando debí salir de buenas a primeras cuando me di cuenta. Pero lo que está a mi favor es que el tiempo es relativo y la vida no nos puede decir «aprende ya y a la primera» (aunque a veces lo intenta).
Pues bueno ya casi el 2014 está aquí y es buen augurio, aunque creo que sería lo mismo si estuviéramos a la mitad.
Pues ya habrá nuevas oportunidades (365 sí las contamos) y miles de personas que nos toparemos en nuestro andar.
#divagandoenvozalta